29 de septiembre de 2006

A los ojos perdidos


A los ojos perdidos. Al sueño de unos píes cansados de caminar. Al murmullo del silencio en la noche. Al destello fugaz, escurridizo, que se escapa del tiempo, de las manos, de la espiral de una vida indescifrable.

A la risa de seda y metal. La carcajada sonora del desengaño, del azar, de las horas marchitas. La flor encendida en la nostalgia. La nostalgia que nunca se quiere apagar.

Al sabor de los labios sin probar. Al tacto efímero, frágil, sutil. A la madera que arde lentamente en las noches de invierno. Al calor de la piel en el cielo crepuscular de verano.

Al vacío feroz, eterno en la palabra, cruel en la memoria. Al azul de melodías infinitas. La canción del paso de los años. El acorde quieto, lejano, sordo. El ápice. El instante.

A las lágrimas encontradas.

A los ojos perdidos.

Cantos de Sirena para Ulises suicidas

Suenan cantos de sirena para algunos, sólo que esta vez los Ulises no se quedan atados a escuchar el dulce sonido de las ninfas. Los Ulises de hoy, no tienen nada que perder y se lanzan a la mar libres de pies y manos, a probar suerte en su travesía, o mejor, a intentar probar algo digno que echarse a la boca. El efecto llamada de las sirenas no está en la voz exterior de la regularización de emigrantes, sino en la voz interior del estómago que pide indiscriminadamente un plato de comida con el que saciar su HAMBRE.

Quizá el tipo elegido para escribir esta palabra no recalifique suficientemente su total significado. Quizás no existan PALABRAS dignas e íntegras para representar lo que expresa este vocablo en África. El hambre arrasa. Más de 800 millones de personas pasan hambre todos los días, 300 de éstos son niños. Cada 3,6 segundos una persona muere de hambre y la gran mayoría son menores de 5 años… Datos que posiblemente por manidos y mencionados han pasado a ser un equipaje más de nuestras vidas, de la misma forma que cualquiera de las broncas entre los concursantes de Gran Hermano, o como la derrota de la selección de fútbol… Parece que nada tiene sentido… La vida, algo fundamental, acaba perdiendo todo fundamento, pormenorizándose en conjeturas mínimas, conjeturas sujetas (como casi todo) a las corrientes del poder los nuevos imperios devastadores de la globalización (esta frase se la robo a Horacio).

En todo este aluvión de informaciones escasamente sesgadas, sólo existe algo claro: El proceso extraordinario de incorporación de irregulares a la ciudadanía, a la cual pertenecen por naturaleza (insisto en lo de “naturaleza”), no ha sido el causante del éxodo mediático que estamos viviendo en la actualidad. Resulta bochornoso, indignante e incluso insultante, que se justifique una situación de estas características en una medida necesaria para la adecuación de un país en creciente progreso como España, que crece en gran medida gracias a la ayuda de este colectivo. No dejemos pasar por alto otro dato significativo, el crecimiento del 0,7% del PIB es consecuencia de la incorporación de esta nuevo estrato poblacional tras esta medida extraordinaria… ¿No les parece que merecen el reconocimiento de tener la hoja que les legalice como ciudadanos, o mejor como PERSONAS dignas de habitar en un país?... Mientras se desvía la atención hacia otros estadios de opinión, el mundo gira con su cadencia destructiva. Así, mientras la población africana trabaja limpiando el pescado con el fin de exportar sus maravillosos lomos, el pueblo se come la raspa que sobra (sí, la raspa, por si alguien no se ha enterado)… Mientras la iglesia predica su evangelio a los cuatro vientos la no utilización del preservativo para la fértil procreación, los africanos obedecen al dogma de fe impuesto por el Vaticano, fecundando muertes por VIH… Mientras los aviones parten desde Senegal con el pescado limpio y listo para ser consumido, otros llegan con armas para fomentar guerras existentes tras la división en tiralíneas de un país tras su descolonización (estos ejemplos son extraídos del documental “La Pesadilla de Darwin”, os emplazo a que le echéis un vistazo)

Existe graves peligros en todo este juego político – racial: podemos caer en una división de bandos insalvable, en la discriminación injustificada, y en nuestro caso particular, en la creación de bolsas de pobreza que pueden traer como consecuencia, revueltas como las desarrolladas en Francia. La libertad está en peligro, y no se pondrá fin sino atajamos el problema desde la raíz. La emigración en masa existirá si seguimos fomentando las diferencias entre el sur y el norte, entre el poder y la explotación, entre la pobreza extrema y el consumismo desorbitado. La única solución a este desastre se encuentra en el desarrollo socioeconómico de estos países, en la emisión de ayudas reales y suntuosas, y en la eliminación de los mandatarios corruptos que tratan a su vez con empresas y diplomáticos corruptos del imperio dominante. Quizás suene a discurso “hippie-perro-flauta”, pero amigos, os invito a que os asoméis a la realidad que se vislumbra a la orilla de nuestro literal… Quizá os encontréis un cadáver flotando en el agua…

12 de septiembre de 2006

Juego Limpio

Quieren sopa, pues, dos tazas... Aquí os subo un artículo que he escrito para "La Fragua", la revista que edita Horacio Eichelbaum...

Juego limpio

La provincia de Málaga se configura como un suntuoso palacio natural, no en vano, de sus 7.276 km² de superficie, el cincuenta por ciento son zonas protegidas con alguna catalogación legal. Espacios de diversa índole que van desde las alucinógenas formaciones rocosas del Torcal, a los costeros acantilados de Maro, pasando por lo extensos pinsapares de la Sierra de las Nieves que bien merecen su catalogación de Reserva de la Biosfera. Cifras y paisajes que muestran objetivamente la importancia de nuestro territorio. Aunque no todos especulan igual sobre esta realidad en números, si bien la maquinaria del hormigón y el ladrillo se prevé convertir en la protagonista de una película de terror con tintes apocalípticos, con un nuevo escenario alejado esta vez del litoral mediterráneo.

El paisaje del interior de la geografía malagueña sucumbe a las necesidades de una denostada Costa, que ya no esconde ni un rincón en el que poder cimentar su negocio. Y a los problemas, soluciones… Así, para continuar con el engaño, las últimas corrientes tienden (que no la ropa) hacia un nuevo turismo residencial. Como bien señala el Plan Qualifica llevado a cabo por la Junta de Andalucía, la Costa del Sol se encuentra “agotada” (y tanto, con lo que ha tenido que soportar), y aboga por nuevos públicos que dejen su dinero durante más tiempo, ofreciendo servicios de calidad con nuevos productos que diversifiquen la oferta. ¿Y en que se puede traducir esta ecuación? En construir complejos de descanso con campos de golf, en los que los residentes temporales se instalen a sus anchas, en espacios en los que no haya ni un ruido, y con un cierto tipismo a su alrededor. O lo que es lo mismo, convertir el sotobosque en césped, los árboles en palos con banderines para marcar los hoyos, los manantiales naturales en lagos artificiales (eso sí, de agua reciclada), y cambiar a los autóctonos y sus tradiciones por el objeto mismo de la inversión, turistas y sus circunstancias.

Pero los efectos de esta devastadora metamorfosis no acaban aquí. La construcción de estos complejos de “ocio y diversión” necesitan de la arena que los sustente, por lo que se abrirán nuevas canteras que darán al paisaje nuevos agujeros en las montañas malagueñas, que a su vez contaminarán de polvo la atmósfera del aire que respiramos. Y lo más importante, hay que hacer llegar el agua al lugar menos adecuado bajo cualquier parámetro, saltándonos, como no podía ser de otra manera, la estricta política de ahorro de este escaso bien tan preciado.

Un panorama nada alentador, si a esto le sumamos la gestión llevada a cabo por muchos de los mandatarios de los municipios, que ven en el chalé adosado como el mejor síntoma de progreso y esperanza para su localidad. Sin olvidarnos de los corruptos, que compran terrenos de forma privada para luego recalificarlos desde su estatus de poder. Parece un largometraje demasiado real, con demasiado color para que se destiña con el tiempo, con demasiados intereses para dejarlos escapar por “cuatro árboles”… Ahora disponemos de herramientas para construir un futuro razonable y acorde a las necesidades de los municipios. Ahora es el momento de borrar la imagen de las futuras postales, con la silueta de una montaña recortada en forma de edificios.

La restricción de los nuevos PGOU es uno de los medios para frenar el holocausto de este territorio, pero no el único. La llegada de inversiones que fomenten las industrias de transformación de alimentos, principalmente; la apuesta por un turismo rural en armonía con el hábitat que impulse la desestacionalización; el estudio urbano para su construcción bajo parámetros energéticos, estéticos y con un planeamiento sensato, así como la defensa y explotación de las tradiciones que mantengan la autenticidad de muchos de los rincones de las comarcas; son algunas de las medicinas que necesita este enfermo de salud delicada, que puede caer en el cáncer terminal del delito urbanístico. En definitiva, la aplicación de políticas de desarrollo sostenible reales, que fomenten el tejido socioeconómico, y que hagan a su vez reales la existencia de la población en el territorio, sin caer en el bunker sin salida del golfista. Siempre hay palos para sacar la bola de la arena, aunque si la arena la mezclamos con cemento seguramente sea impracticable el terreno. Deportividad ante todo, y démosle una oportunidad al juego limpio.

Internet nos hace libres

Queridos amigos y amigas, lectores varios, tengo que comunicaros una mala noticia: la censura aún existe. Así es, por primera vez en mi carrera profesional me han echado atrás algo por intereses ajenos a lo puramente profesional, y los motivos, evidentemente, políticos. La historia comienza cuando le encargo al gran Horacio Eichelbaum, escritor, filósofo y amigo, un pequeño artículo para la sección de Opinión de la revista que edito. Mi objetivo era cada mes, sacar diferentes voces con cierta relevancia dentro de la provincia. Para quién desconozca a Horacio sólo puedo decir de él que es un maestro de la comunicación. Irónico, analista de lo cotidiano y portador de ideas solidarias de la forma más amena y sencilla, lleva afincado en el sur desde hace más de veinticinco años, tras abandonar su exitosa etapa periodística en argentina y buscar nuevos aires a su vida (www.cedma.com/archivo/eichelbaum/index.html). Desde mi entender personal, y como responsable del Dpto. de comunicación de este organismo, creo que el artículo escrito para la revista se adapta a la perfección a la línea editorial del panfleto, o al menos a lo que en teoría se debería defender desde esta entidad… No me enrollo más, tendría muchas más cosas que decir desde mi indignación. Os dejo con lo que pudo ser y no fue. Internet nos hace un poco más libres, hoy es un ejemplo de ello:

CUIDADO CON LOS NUEVOS "OKUPAS"

Por momentos, parece que se estuviera librando una terrible batalla entre los seres humanos y la Naturaleza. Lo que hoy da dramáticos tintes guerreros a esa confrontación es el avance del cemento y el ladrillo sobre los entornos de ciudades y pueblos, que está encendiendo luces rojas en muchos lugares, particularmente en la Costa del Sol.
La actual velocidad del proceso urbanizador se ha convertido en algo verdaderamente ‘insostenible’: lo contrario de la deseada (pero todavía apenas buscada) meta del desarrollo ‘sostenible’.
El desmadre de la construcción representa ya una amenaza generalizada hasta para el ‘habitat’ humano, de modo que no es posible confiar en que se vaya a detener a las puertas del ‘habitat’ protegido para la flora y la fauna y la preservación del paisaje.
Es obvio que la planificación urbanística se basa en delimitar espacios urbanizables y prever sus necesidades futuras de viales, tendidos eléctricos, telefónicos, etc., así como en reservar sitios para instalaciones sanitarias, educativas, zonas verdes, deportivas, etc. Además, las nuevas zonas urbanizadas deberán tener cubiertas una serie de necesidades, en primer lugar la vital disponibilidad de agua potable.
Cuando se percibe la construcción como un peligro es porque se salta los límites establecidos: urbaniza tierras rústicas, invade espacios previstos como zonas verdes o como futura infraestructura, o bien programa actividades que compiten con las necesidades de la población (como ocurre con los campos de golf y sus ingentes necesidades de agua, comparables a las de núcleos urbanos de 15 ó 20.000 habitantes.
Con la legislación existente –sumándole la actualización prevista de algunas normas- tales desmadres deberían poder controlarse sin mayores dificultades. Pero algo ha estado fallando en muchos sitios, donde los controles han sido insuficientes o se han presentado los tan sonados casos de corrupción. Y ya ha habido ocasiones en las que las nuevas construcciones invadieron incluso espacios naturales.
A la vista de los desmanes felizmente perseguidos hoy por la justicia, pero a la vista también de situaciones de deterioro urbano y ambiental que no se atajaron a tiempo, será fundamental guardar una actitud vigilante en defensa de los espacios protegidos, para que esa protección no resulte simplemente un autoengaño para la sociedad.
Para estar verdaderamente alertas, es fundamental abrir paso a las organizaciones ecologistas para que participen activamente en esa vigilancia. Parece preferible un exceso de celo que una falta de control. El agobio que puede representar una exagerada demanda de protección es una carga menor comparado con los daños, muchas veces irreparables (como lo han sido en muchos lugares de la línea costera) que puede provocar que el ladrillo y el cemento se conviertan en ‘okupas’ de los espacios naturales.
En estos tiempos en los que se habla tanto de participación, no hay mejor ocasión que ésta para aplicar cotidianamente esa filosofía. Después de todo, se trata de estimular las raíces democráticas, que se pudren o se secan cuando el funcionamiento de la democracia se limita casi exclusivamente al ritual de la urna y el voto.

Horacio Eichelbaum

11 de septiembre de 2006

Vida Gris

Pinto de gris,
paisajes eternos,
de un cielo que nunca veré.
El mar de los sueños,
el desnudo complejo,
el azar del destino perdido.
Manos de barro,
esculpidas con años,
de soledad.
Manos por las que el tiempo,
no deja de pasar.

Perdido en la vida,
en la angustia sin ira,
en el tic – tac imparcial.
En canciones que el olvido
nunca escuchará.
Ahora pienso en voz alta,
Y digo lo que siento.
Sentimientos de libertad.
Extraído de mi etapa de compositor callejero con palestina aderezando el cuello.
Amigo Pablo, pudimos haber sido los teloneros del viejo Bob.
Aún nos espera la música, bendita pasión...

El espíritu de Erice


Fue a final de curso. Había un ciclo especial por el centenario del periódico local, y me dijeron que pasaban una película llamada “El espíritu de la colmena”. Pregunte de quién era, y me respondieron contundentemente: “Víctor Erice… Un grande”. Durante ese año había escuchado en muchas ocasiones esa misma expresión, acompañada en otras tantas veces de nombres dispares. Algunos con más acierto, otros con menos. Yo era una esponja que absorbía cine con el ansia del que quiere conocerlo “todo”, sin saber que dentro del “todo” amorfo hay una amalgama de bodrios insufribles. Cuando salí de la sala de proyección sabía que a partir de ese momento mi concepción del cine había cambiado. Al principio no supe que decir, hasta que entendí que a mis acompañantes les pasó lo mismo.

Esta historia puede ser un cliché de lo que un espectador puede sentir al ver una película que nos arranque de un cuajo el alma, pero Erice va más allá. La constante poesía que emana cualquiera de los fotogramas de sus películas, hace que este cineasta vasco nos empape la piel de la sutileza artística que sólo los grandes genios pueden conseguir.

Pero el maestro no muestra todas sus cartas en la estética que configura su impecable obra fílmica. Sus temáticas y motivos escarban en lo más profundo del ser: el silencio, la meditación, la infancia; al igual que el camino, los pueblos, el páramo, hacen que se encuentren con el hombre para resolver el drama con un gusto sublime. No estamos ante cualquier obra, es como si nos dejásemos llevar por la armonía de un paisaje excepcional, en el que nos instalamos echando raíces y nos dejamos llevar a su aire como una veleta. Como esa maravillosa gaviota que marca el paso del tiempo en “El Sur”.

Erice es en si un personaje único, auténtico. Un espíritu pensante y mágico que se muestra de forma precisa. Un autor que permanece ausente en su submundo creativo para salir de él, y sorprendernos con proyectos excepcionales. Cosa difícil en nuestros días. Un ejemplo lo tenemos en la muestra titulada “correspondencias”, que se expone en la Casa Encendida de Madrid del 4 de julio al 24 de septiembre (¡Queda poco amigos!). En ella, nos enseña un intercambio de cartas audiovisuales con otro grande, el director iraní Abbas Kiarostami. Una instalación simétrica, en la que se afronta el enriquecimiento de dos concepciones creadoras. Un lujo al alcance del que quiera empaparse de la mirada de dos cineastas personales y de un nivel excepcional. Aún nos quedan unos días para seguir disfrutando de esta exposición, la cual os recomiendo encarecidamente, eso sí, con grandes dosis de café y de tiempo, y la mirada abierta hacia el infinito de la concepción natural.