30 de marzo de 2007

Carnicero Musical

Sé que me puede la pasión. Sé que aún pervive mi espíritu de grupi en celo detrás de su artista de moda. Sé que soy excesivamente subjetivo cuando hablo de Quimi Portet… Pero sé, que es el músico más eternamente grande que existe en este país. Dicho esto, no voy a dejar de exaltar mis mejores elogios sobre el nuevo disco de este astro intercomarcal, “Matem els dimarts i els divendres” (matamos los martes y los viernes), así que quién se haya planteado leer este artículo como una crítica imparcial y depurada, que sepa que no, estas palabras son un auténtico panfleto por y para la propaganda de este artista.

Como le caracteriza tras su separación de El Último de la Fila, sus discos no paran de indagar en su universo surreal y vanguardista, reinventándose continuamente para ofrecer sonidos diferentes en cada una de sus obras. En oposición a su anterior e irreverente trabajo, “La terra és plana” (toda una declaración de intenciones), en el que desglosaba parte del santoral y llamaba a las tribus con el peculiar sonido de timbal, a la vez que destrozaba sus manos en los rasgados de guitarras; “Matems…” ofrece un sonido limpio y depurado en el que sobresalen las guitarras acústicas puras y arpegiadas, sobre melodías sugerentes que tienen el sello indiscutible del autor. Aún así, Portet no deja escapar su ironía y regala letras milagrosas en todas sus canciones, como la que inspira el título del disco, que como ha confesado el músico la sacó en una de sus visitas a una carnicería.

Ya me gustaría a mí probar los psicotrópicos que consume este hombre, porque a buen seguro no deben defraudar como no lo hacen sus LP. Como ya hiciera en “Cançoner electromagnètic”, Portet ha compuesto, interpretado y producido en su integridad todo este nuevo disco, grabándolo también en su propio estudio. Sin duda, el control que tiene sobre todo el proceso creativo le hace obtener una obra absolutamente personal, y en la que se permite hacer y deshacer lo que le venga en gana. Bien es cierto que hay que ser un “ex-” para permitirse ciertos lujos, un ejemplo lo tenemos en el tema de arranque del álbum “bum bum bum”, que no termina de ser una gracia de colegas a las que ya nos tiene acostumbrado, pero… en fin… No iba a criticar. Recordando a los antiguos discos de los 60, la duración de las canciones deja ganas de más, si bien la mayoría de los temas ronda los dos minutos, especialmente en temas potentes como “Aparteu les criatures” que pide a gritos que continúe su guitarra eléctrica.

Realmente alejado de las tendencias de su antiguo compañero de formación musical, Portet demuestra que no hay fórmulas mágicas en su música, principalmente porque nunca la has tenido, y en cada ocasión se aleja del paso dado anteriormente aportando algo nuevo a su carrera y a este género menor que es el pop-rock.

Disfruten del mejor solomillo de este carnicero musical.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo contigo en la inmensidad como músico de éste hombre...tan normal, tan humilde, tan auténtico y a la vez tan GRANDE, como músico y como persona. Un regalo en todos los sentidos.
MaGar

Anónimo dijo...

En efecto "anónimo", una locura de músico,relamente magistral. Tarde o temprano su trabajo como autor será reconocido, tanto su labor en eudlf, como en solitario.

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